Historia del mantel
Aunque los manteles fueron usados desde tiempos remotos, no se tiene mucha información acerca de sus usos.
Los
galos y romanos usaban manteles de lino, algunas veces de colores. Los
invitados llevaban sus propias servilletas que eran colocadas cerca de
sus sofás y que se usaban para llevar los sobrantes de sus comidas.
La importancia de las comidas en la tradición judeo-cristiana contribuyó significativamente al desarrollo del mantel.
Fue
en la edad media que los manteles cobraron importancia y se utilizaban
frecuentemente. Se convirtieron en objeto de genuina veneración, debido a
que eran una marca de nobleza de los lores y solo se compartían con
personas del mismo rango. La mayoría de los manteles eran decorados con
bordados y flecos. Al mismo tiempo que simples manteles aparecían, por
ejemplo en algunas tabernas, la gente limpiaba sus manos en un largo
pedazo de tela puesto en el borde del mantel.
El siglo XV vio el
surgimiento del “touaille”, el ancestro de la servilleta. Esto era una
larga tira de material de más de 13 pies de largo, doblado en dos sobre
una varilla y pegado a la pared como una toalla. Esto no era utilizado
con frecuencia.
La servilleta como la conocemos hoy, data del
siglo XVI, pero era bastante larga. Era elaborada con lino de damasco y
pronto se volvió popular su uso.
Para esta época estaba de moda
doblar manteles y particularmente las servilletas con forma de pájaros,
animales y frutas. Esta tradición perduró más de 200 años.
Hasta
el siglo IXX, los manteles y las servilletas eran usualmente de damasco,
un material con idénticos motivos tejidos por delante y por detrás, el
nombre damasco proviene de la ciudad con el mismo nombre en Siria. El
damasco de seda era famoso, exportado de Persia y después de Venecia por
largo tiempo. Es entonces cuando los países del norte de Europa,
careciendo de materiales sin refinar, inventaron el damasco de lino, que
fue muy popular hasta comienzos del siglo IXX.
El arribo del
algodón revolucionó el damasco. Debido a la suavidad del material su
producción gradualmente se industrializó. La tradición de doblar
servilletas desapareció gradualmente y el tamaño disminuyó.
En el
siglo XX el color comenzó a usarse en las mesas. En un principio los
manteles eran de colores pasteles, para pasar luego a colores oscuros y
brillantes. Las servilletas igualmente comenzaron a hacer juego o
contraste con los manteles.
Luego de un período minimalista,
donde los manteles y servilletas nuevamente volvieron a ser blancos,
vuelven a utilizarse colores en las mesas.
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